Desde nuestra correduría de seguros en Vitoria, queremos hablarte de a qué puedes enfrentarte si provocas un accidente y tu coche no está asegurado. Y es que, como seguramente ya intuyas, los problemas a los que te enfrentas no son ni pocos ni pequeños. Vamos a verlos.
Sanciones a las que me enfrento
Lo primero que tienes que saber es que, si provocas un accidente y no tienes seguro, la otra persona no se va a quedar sin cobrar. Esa otra persona recibirá la indemnización pertinente por parte del Consorcio de Compensación de Seguros.
De hecho, cuando pagas un seguro, parte de lo que pagas va destinado a este consorcio, para que se pueda hacer cargo de los pagos a las personas que sufran accidentes por parte de personas sin seguro.
Ahora bien, que el consorcio vaya a hacer ese pago no implica que tú estés a salvo. Al contrario: Tú vas a tener que pagar al consorcio. El consorcio tiene el derecho (y lo ejerce) de reclamar tanto al conductor como al propietario del vehículo el dinero con el que ha compensado a la persona que sufrió el accidente.
Así pues, si el consorcio tiene que indemnizar con 100.000€ a una persona por el accidente que has causado, el consorcio te exigirá a ti 100.000€, además de cualquier otro coste en el que haya incurrido para poder hacer efectivo el pago a la persona afectada.
Además, por supuesto, tendrás que pagar una multa de 3000€ por conducir sin seguro, junto a otras posibles multas o gastos que pueden darse en esta situación (pago de la grúa, del depósito municipal, etc.).
Es decir, en el caso de que conduzcas un coche sin seguro y provoques un accidente, te vas a tener que enfrentar a costes enormes, de hasta varias decenas de miles de euros.
Y, cuidado, porque si eres el propietario del vehículo, también estarás expuesto a estos costes. De hecho, el consorcio suele reclamar al propietario del vehículo, puesto que es más fácil identificar al propietario que al conductor.
Como puedes ver, si provocas un accidente y tu coche no está asegurado te vas a enfrentar a importantes multas y a la obligación de indemnizar a las personas afectadas. Esto puede, literalmente, arruinar tu vida. Así que conviene no jugársela y tener un buen seguro.