Durante un viaje hay muchos aspectos que escapan a nuestro control, que no podemos prever ni planificar, como pueden ser: inclemencias meteorológicas, averías en los medios de transporte, accidentes, extravíos de equipaje o documentación, robos o enfermedades. Cualquiera de los anteriores podría acabar con nuestras vacaciones si no contamos con un buen seguro de viaje.